"Ungido para ungir": En memoria del Padre Marcelo Mateo



 

Por Carlos Ezequiel Cabalero (*)

«Antes de formarte en el vientre, ya te había elegido; 

antes de que nacieras, ya te había apartado; te había nombrado profeta para las naciones»

(Jeremías 1,5)

Este 4 de septiembre se cumple un nuevo aniversario del nacimiento del querido y recordado Sacerdote Marcelo Oscar Mateo. Nacido en 1958, retornó a la Casa del Padre el 19 de mayo de 2013. Ungido por el Señor de la Vida para ungir al santo pueblo fiel con el óleo de la alegría, su ministerio se desplegó en la Arquidiócesis de Santa Fe de la Vera Cruz (Argentina). Lo recuerdo como un abnegado docente, itinerante para la gloria de Dios. Con este sencillo poema, que comparto con los lectores, quiero hacer memoria agradecida de la existencia de entrega y el ministerio fecundo de quien supiera tener entre nosotros un auténtico corazón de "padre", a imagen del buen "Tata" Dios.    

 

(Padre Marcelo Mateo

Que nos hablaba de Dios

Con la inocencia de un niño).

 

Semblante de padre

Profesor egregio

Corderito rebelde

Y pastor del Eterno.

 

Pulmón de cenizas

Elevado incienso

Y polvo de tiza

En tus manos de maestro.

 

Bebiste soledad

Y  desdeño…

Cristo Maestro

Cristo del leño.

 

Sólo postrado

Ante el grande misterio

Semblante de niño

Sutil y travieso.

 

Por la madre incomprensiva

Terminaste muriendo…

Te engendró de pequeño

Y en tiempos acortados no llegaste a viejo.

 

Resignación y esperanza,

la lección mejor dada:

¡Que pase este mundo

Y que venga la Gracia!

 

( “Aunque la Fe siga intacta,

El corazón se desangra”)

 *

-Ad Maiorem Dei Gloriam-

 

(*) Docente de nivel Medio y Superior.

E-mail: carloscabalero@gmail.com

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