L. v. Beethoven: La permanencia de la voluntad
Por Iván Ridzevski (*) En 1802 Beethoven viajó a Heiligenstadt -localidad vecina a Viena- para hacer atender por primera vez seriamente su salud. El lugar ofrecía un ámbito natural alejado de la ciudad que era ideal para tratar problemas que acusaban cierta urgencia. Su médico Johann Adam Schmidt se ocuparía allí de sus insoportables dolores de estómago y de una incipiente y preocupante disminución de la audición. Al cabo de cierto tiempo, su diagnóstico no fue el mejor. El músico quedó sumido en una profunda depresión, de la cual hay hoy noticias gracias al célebre documento escrito en aquella estancia, hallado entre sus papeles luego de su muerte. El conocido como "Testamento de Heiligenstadt", fechado el 6 de octubre de 1802 y dirigido a "mis hermanos Karl y Johann" (Kaspar Anton Karl y Nikolaus Johann), testimonia su mala salud, su apología al suicidio y la "no muy grande fortuna" a heredar por sus hermanos. Parece, entonces, conocérselo ...