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Mostrando las entradas con la etiqueta Borges. Kodama. Literatura. Cultura.

Profesión de fe literaria

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Aún no sabemos casi nada y querríamos adivinar esa última palabra que no nos será revelada nunca.   El frenesí de llegar a una conclusión es la más funesta y estéril de las manías.   Gustave Flaubert, citado por Borges en “Vindicación de Bouvard y Pécuchet ”   Por Lucas Adur (*) Días pasados releía una de mis novelas preferidas, Elizabeth Costello , del premio Nobel sudafricano J. M. Coetzee. Como quizás sepan, la novela está protagonizada por una escritora, Elizabeth –que más de una vez cita a Borges– y se nos narran momentos de sus últimos años de vida, ya consagrada: discursos, polémicas intelectuales, recepción de premios. En el último capítulo, una suerte de ensoñación kafkiana, Elizabeth se encuentra en un pueblo de frontera, ante una puerta. Para pasar, debe declarar ante un extraño jurado cuáles son sus creencias. Esa declaración es la clave para poder franquear –o no– el portal hacia lo que sigue –donde, llega a entreverse, una luz aguarda–. Q...

La “Ulrica” de Borges. Homenaje a María Kodama

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  por Aníbal Germán Torres (*)   “Es el amor. Tendré que ocultarme o huir (…) El nombre de una mujer me delata. Me duele una mujer en todo el cuerpo” J.L.B., 1972.     “…no soy la viuda de Borges, soy el amor de Borges. Él es mi amor y está en mí como yo estoy en un punto del universo en él” MK, 2018 (1).   Las líneas borgeanas plasmadas en Los conjurados (1985) anunciaban la cercanía existente entre “dos almas”: “De usted es este libro, María Kodama. ¿Será preciso que le diga que esta inscripción comprende los crepúsculos, los ciervos de Nara, la noche que está sola y las populosas mañanas, las islas compartidas, los mares, los desiertos y los jardines, lo que pierde el olvido y lo que la memoria transforma, la alta voz del muecín, la muerte de Hawkwood, los libros y las láminas? Sólo podemos dar lo que ya hemos dado. Sólo podemos dar lo que ya es del otro. En este libro están las cosas que siempre fueron suyas. ¡Qué misterio es una ...