“Palabra transfigurada y acunada”, de Jerónimo Gonzales
“Por medio de la Palabra se hizo todo”
(Juan 1,3)
“Quien
piensa lo más hondo, ama lo más vivo”
(Hölderlin)
En los versos de
Jerónimo Gonzales podemos constatar que, como nos llega desde Heidegger hasta
Hugo Mujica, en la poesía, en su carácter prístino, está la verdad más
verdadera, siendo, como en todo arte auténtico, acaso la última reserva de
sentido ante grandes relatos que ya no dicen, que no significan, que no permiten
contarnos. El pensar meditativo se abre
paso, como brote en la tierra, ante el pensar calculador, al cual es tan
proclive Occidente y su admirable y deplorable cientificismo.
Publicamos el siguiente
poemario tal como lo organizó el autor, o, mejor dicho, tal como le brotó a él,
en tanto manantial que fluye, que riega y refresca a esa rosa mística,
imagen del alma humana, que florece porque florece, sin un por qué ni un
para qué.
Así, en la primera
parte, encontramos los versos que se relacionan con las vivencias existenciales
del poeta: desde la preparación para la boda con su amada Ana (concreción humana
del banquete celestial) (I), hasta la con-moción ante la noticia de la llegada
de su hijo Joaquín, expresión de la gratuidad del don (II), la admiración
venerante del sueño inocente del niño (III) y su tierna fragilidad, que nos recuerda
también la nuestra (IV). Además, porque en todo camino de rosas no se pueden
sortear las espinas, el dolor hace su aparición en la vida del poeta, de modo
brusco, sin pedir permiso, con la muerte de Jeremías, su joven hermano, y su
entrada en la eternidad (V).
Los tres últimos poemas, que conforman la segunda parte del poemario, nos remiten a la vida de fe del autor, más aún, me atrevo a decir, a su
misticismo en clave cristiana: su peregrinación por lejanas tierras (VI), la
adoración del Señor Jesús, el Viviente (VII), y su presencia discreta y nutritiva
para el alma, aunque solo desde la mirada espiritual se puede advertir que “no es trigo ni levadura, sino Dios” (VIII), ese Dios que es
el gran Poeta, como dijera bellamente Ana María Rodríguez Francia.
Recorramos estos versos que nos ofrece el poeta y que él ofrenda a la Vida. Eso sí, vayamos con el corazón descalzo de pre-conceptos, vaciados para acoger estas palabras, porque pienso que Jerónimo nos invita a contemplar, con la mirada transparente de un recién nacido, el resplandor glorioso en el monte Tabor y a encontrarlo luego, más aún, a acunarlo, en la sencillez de las personas y de las cosas queridas.
Aníbal Germán Torres
“Palabra
transfigurada y acunada”
Jerónimo
Gonzales (*)
I.
LLEGADA ABIERTA
Una vez escuché la
Palabra
pronunciada en
silencio
silente de tiempo
esperados.
Silencio, profundo
silencio.
Como campos labrados
antaño.
Amaneceres y ocasos
latieron
sobre la tierra
abierta. Siempre abierta.
Sucedieron tiempos
sobre el lomo
de cansadas esperanzas
esperadas.
Y llegó el día, el día
de las lluvias.
El día de las
canciones;
día en el que la
Palabra quebró el silencio
para adentrar una
palabra no esperada.
Llegó el día del
Silencio en la Palabra,
el día del Misterio.
El tiempo del hágase, de la nueva apertura,
de nuevos silencios
esperanzados
llenos de palabras por
ser pronunciadas.
II.
SIENDO(ME) DONA(N)DO
Llegarás y te
amaré, como
ya te amo.
O, aún más. Porque en tus ojos
el amor
se hará palpable; y tocaré(mos)
lo inasible.
Llegarás y la
amaré, como ahora
la amo.
O, aún más. Porque en tu ser,
Su vida
me hará padre. Y participaré
de la Eternidad.
Llegarás y comprenderé aquello que
ahora ignoro.
O, aún más. Porque entenderé la verdad:
que la vida me ha sido dada
para acompañarte…
para acompañarnos.
III.
SUEÑO DE CUNA
Como semilla en la
tierra,
El día en la noche,
la calma en la
tormenta;
así es tu sueño de
cuna.
Como promesa en
silencios,
versos en espera,
miedos anudados;
así es tu sueño de
cuna.
Como abrazo anticipado
En fecundidad de
espiga,
Masa abierta al
hambriento;
así es tu sueño de
cuna.
IV. FRAGILIDAD CONTEMPLADA
Fragilidad que anidas
sueños de otros que
aman la vida
(y son amados)
en cada resoplar tuyo.
Fragilidad que anidas
esperanzas de un grupo
de personas
(hermanos)
que aguardan tu mirar.
Fragilidad que anidas
Misterio de misterios
a revelarse
(irrumpir)
en palabras ahora
calladas.
Fragilidad que ahora
anidas
en el silencio de mi
ser paternal
(formado por tí)
que contempla el
sonido de tu ser.
V.
2018-∞
Suena cercano Shofar
Shevarim,
al tiempo que pesados
cristales
surcan el cuarteado
suelo,
sediento de Verdadera
agua.
Los corazones,
estrepitosamente,
quebrados ante el
límite de la espera
aguardan algo de
Alguien. O tal vez,
Alguien en algo que
los sosiegue.
El silencio se torna
apertura, Presencia.
La Presencia, esquiva
e insoportable.
En el no-hablar
ensordece;
en la oscura
luminosidad derriba.
La marcha acaece
inmediatamente
acompasada de millares
de latidos.
Avanzan. Avanzan rumbo
adonde nunca,
aunque no lo soporten,
llegaron: a sí mismos.
Como impulsados
arriban en el arribar
de una Presencia que
los envuelve y trasciende;
y en su mismo
trascender los eleva al abrazo cierto
del yacente saturado
de ausencia...
De ausencia presente.
VI.
EN EL CAMINO
Espíritus inquietos,
viandantes sin destino;
de caminar cansados se
hartan de caminos.
Sedientos, fatigados,
privados del Buen Vino,
depositan su existencia
al borde del camino.
Sollozando y gimiendo
aguardan sin sentido
el cese de sus vidas,
al borde del camino.
Levantan sus miradas,
descubren con atino
que frente a sus
despojos se halla un Peregrino.
Miradas se
entre-cruzan, abismos que hacen nido,
los dos en Uno cantan,
el Amor los ha fundido.
La paz y la esperanza
en medio del camino,
trocóse el caminante
en otro Peregrino.
VII.
BEATITUD
Vivir esta vida es
muerte,
Morir esta muerte,
vida.
Vivir para no verte,
Morir para la partida.
VIII.
EUCARISTÍA
So-portas todo cuanto existe
en la in-existencia de tu Ser.
Y en el discurrir constante de tu Amor
todo nace, perece y vuelve a surgir
sin haber surgido nunca.
Eres so-porte interno desde
La ex(e)ternidad de Ti mismo,
donde, desde el arriba de nuestro abajo,
envuelves nuestro ser Donado
con la Mano firme de la Caridad.
Y, en en Él, la realidad transparenta,
a modo de transustanciación,
que cada poro interior que la constituye,
cada partícula de trigo contenido,
no es trigo ni levadura, sino Dios.
(*) Filósofo, poeta y docente.
E-mail: gajanjero@hotmail.com
HERMOSÍSIMAS PALABRAS, EXCELENTES VERSOS,EXPRESAN LA TERRIBLEMENTE HERMOSA PERSONA QUE ES JERÓNIMO,ORGULLOSISIMA Y MUERTA DE AMOR X EL, GRACIAS POR DEJARME SER TU MAMÁ ❤️
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