Antonio Berni, un artista comprometido
En el marco del 120° aniversario del nacimiento de
Antonio Berni, compartimos una interesante
semblanza sobre la vida y la obra del genial artista rosarino. Talentoso y
comprometido, Berni nos ayuda a apreciar el arte y sus hondas implicancias. RyT.
“A Juanito Laguna lo veo y lo siento como arquetipo que es; arquetipo de una realidad argentina y latinoamericana […]. Juanito Laguna no pide limosna, reclama justicia; en consecuencia pone a la gente ante esa disyuntiva; los cretinos compadecerán y harán beneficencia con los Juanitos Laguna; los hombres y mujeres de bien les harán justicia. De eso se trata. […]. Los Juanitos Laguna han enriquecido a mucha gente y también a mí; pero yo no los he explotado, yo estoy reivindicándolos. ¿Quiénes han hecho a la Argentina, eh? La masa trabajadora, todo ese pueblo que ha puesto el hombro para hacer un país, con su sacrificio y su trabajo; lo han hecho los Juanitos Laguna que, apenas sus fuerzas se lo permiten, van a trabajar a las fábricas, al campo, donde sea", manifestaba Antonio Berni -en un fragmento- desde sus escritos y papeles privados.
Nacido el 14 de mayo de 1905, el célebre rosarino Antonio Berni quien logró posicionarse como uno de los mayores artistas de nuestra pintura contemporánea y representante del realismo social. Sus trabajos incomodaban porque eran el medio desde donde protestar, reflejaban momentos sensibles de su época: crisis, malestares sociales, así como las costumbres del pueblo argentino, sus padecimientos o necesidades, entre otros tantos temas que solía abordar.
Arriba: El polémico cuadro
"Desocupados" de 1934, al cual menospreciaron del XXV Salón Nacional.
Su compromiso con la realidad vivida sigue presente y quedó eternizado en sus obras, como Manifestación y Desocupados ambas grandes exponentes de la crisis nacional del 30, posterior al golpe de Estado que derrocaba a Hipólito Yrigoyen, presidente radical hasta entonces. Fue justamente este compromiso lo que incomodó a la sociedad de su tiempo. A mediados de la década el óleo Desocupados (1934), donde refleja su fuerte preocupación social, fue rechazado por el XXV Salón Nacional.
¿A qué se debía ese mote y tal rechazo? "Podemos
pensar que el tema y el estilo tanto de Desocupados como
de Manifestación, ambas pinturas realizadas en 1934, molestaran por
el tono heroico con que abordó una problemática contemporánea. La
obra de Antonio Berni nunca fue ajena al contexto nacional e internacional. En
ese mismo Salón participó con Figura o Mujer del sweater rojo (hoy
colección MALBA) y la obra ganadora de ese certamen fue La venus
criolla, de Emilio Centurión, que estuvo ajena a las críticas en el marco
del retorno al orden después de la ruptura de las vanguardias", nos
responde María Florencia Galesio, jefa del área de Investigación y
Curaduría del Museo Nacional de Bellas Artes (MNBA).
Arriba: Por su singular talento triunfó hasta ser
uno de los principales artistas argentinos, con proyección internacional. Aquí,
en su espacio de trabajo.
Documentos de su tiempo dan cuenta de su lucha social y personal en pos de conseguir progresar. "Desde 1935 hasta 1954, Berni concurrió puntualmente a la Escuela de Bellas Artes, siguió rodeado por la aureola de pintor ‘maldito’, cosechó algunos premios que debieron rendirse a la evidencia de su talento (primer premio en el Salón Nacional de 1940, primer premio en el Salón de Santa Fe de 1941, Gran Premio Nacional de 1943) y, por fin, en 1954, fue dejado cesante", publicaba Primera Plana (abril, 1965).
Además de temas con su estilo sociopolítico controvertido, mirada crítica y polémica, Berni demostró gran interés -sin ser católico practicante, aunque contó que a veces leía pasajes de la Biblia- por pintar sobre esos temas. Galesio, explica: "Entiendo que, para un artista, se trata de temas que exceden el hecho de la práctica religiosa, lo mismo que la lectura de la Biblia. Los artistas de distintas confesiones religiosas los han abordado. En el caso de Berni, un pintor formado en la tradición clásica, no podía estar ausente. Incluso obras como “La siesta”, de 1943, que integra la colección del Bellas Artes, es uno de los ejemplos de las citas de temas religiosos que se pueden encontrar en su producción, donde toma la iconografía cristiana y la reinterpreta en función de la problemática del momento.
Cuando comenzó
la etapa de Juanito Laguna y a utilizar chatarra en sus obras, ¿se
considera que Berni mantuvo su calidad artística? "En 1961 presentó
la serie del personaje Juanito Laguna en la Galería Witcomb. La calidad siempre
la mantuvo: Berni fue un gran investigador y experimentador de las
posibilidades expresivas de la materia, que utilizaba los materiales para
acentuar el contenido de las obras", cuenta la especialista del Bellas
Artes.
Arriba: Primeros pasos (óleo sobre tela) de 1936.
Década que Galesio destaca por ser la inicial de una etapa en la cual Berni
investigaba previo a comenzar a pintar.
Además, Galesio subraya "el gran trabajo de investigación de la vida cotidiana que realizaba el artista, primero en archivos fotográficos de diarios y luego con su propia cámara, que utilizó como base para muchas de sus obras en los años 30, 40 y 50". Sobre cuáles podemos considerar como sus principales aportes y legado artístico, ya sea tanto material como inmaterial, señala: "Por un lado, el compromiso social en su mirada sobre la realidad, que se mantiene durante toda su producción, desde los años 30 hasta su muerte, en 1981. Por otro lado, su capacidad, su gran creatividad e inventiva plasmadas en la experimentación con distintos materiales tanto en la pintura como el grabado (los gofrados) y en los objetos (Serie de los Monstruos)".
"Las dos pinturas realizadas por Antonio Berni
en los '60 que integran el patrimonio del Bellas Artes formaron parte del envío
argentino a la Bienal de Venecia (1962): Pesadilla de los injustos y Juanito
Laguna aprende a leer. En esa ocasión, Berni obtuvo el Gran Premio de
Grabado y Dibujo con la serie de xilocollages sobre ese mismo personaje,
Juanito Laguna. La adquisición de Juanito Laguna aprende a leer estuvo
directamente vinculada a esta premiación inesperada en el foro internacional de
las artes visuales más tradicional y prestigioso: los trámites de compra se
iniciaron en agosto de 1962, un mes antes de que la Bienal de Venecia cerrara
sus puertas. La reciente adquisición de Pesadilla de los injustos vino a
ampliar la representación de este momento clave en la trayectoria del artista
rosarino. Pero la coyuntura de esta entrada al acervo público fue bien
diferente. Al momento de la Bienal, Berni tenía 57 años de edad y una larga
trayectoria de pintor realista (y comunista). Su potencial como exponente
internacional del arte argentino despuntó a partir de la premiación veneciana,
que contribuyó a la proyección de su obra por fuera de las fronteras nacionales
durante los años que siguieron. En este sentido, la compra de una obra
contemporánea del ganador del premio veneciano constituía una prueba de las
bondades del arte nacional pero también una apuesta a constituir un canon. En
cambio, con el auge de mercado del llamado arte latinoamericano a comienzos de
los 90, por un lado, y a partir de una serie de exhibiciones de gran
relevancia, Berni constituye hoy uno de los nombres insoslayables del arte
argentino", según Isabel Plante, doctora en Historia y teoría del
arte (UBA).
Arriba: Pesadilla de los injustos (La conspiración
del mundo de Juanito Laguna trastorna el sueño de los injustos). Acrílico y
esmalte sintético, 1961.
Sobre lo que expresa y simboliza esta obra, Plante narra que el pintor había presentado al público el personaje del niño pobre durante noviembre de 1961 en la exposición Berni en el tema de Juanito Laguna, realizada en la galería Witcomb. "La mayor parte de las obras reunidas en la sala veneciana incorporaban chatarra, cartones y maderas, y habían sido exhibidas ahí. Se trataba de los mismos materiales recogidos y reciclados que se utilizaban para construir viviendas en las barriadas precarias, que Bernardo Verbitsky había bautizado 'villas miseria' en 1957".
"Juanito Laguna aprende a leer representa,
en un paisaje sucinto sobre trozos irregulares de arpillera unidos con costuras
gruesas, a tres niños sentados y una niña de pie, todos con lápices y cuadernos
abiertos en sus manos. En el cielo blancuzco cuelga un sol cuadrado hecho de
piezas metálicas y cordones tensados que parecen sujetarlo con la misma
precariedad de la vivienda en la que -sabemos- vive Juanito. Pesadilla
de los injustos, a diferencia del resto de la serie, no presenta materiales
heterogéneos adheridos a la tela pero sí exhibe chorreados color bermellón. De
formato aún mayor, representa un conjunto de figuras monstruosas que
-según la saga que relata Berni- agita los sueños de quienes dan forma al
injusto mundo de Juanito Laguna. En el centro, una suerte de robot sobre
ruedas lleva en la mano una balanza de platos, el símbolo de la justicia: la
vigilancia de la igualdad ha quedado en manos de personajes inhumanos",
cierra Plante.
Diversas técnicas, soportes, materiales, la
invención de los xilo-collages-relieves: todos fueron su objeto de
experimentación; sus obras abarcaron los diversos estilos artísticos durante el
transcurso de su vida y en todas, descolló.
Con 76 años, el 13 de octubre de 1981, Antonio
Berni falleció en la Ciudad de Buenos Aires.
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