Marta Minujín: "arte para vivir en arte"
"Yo vivo con el arte desde
los diez años. Si no trabajo o no invento o no hago nada, no existo. Soy una
artista en el aire, con el overol puesto, vuelo"
Marta Minujín
Desde Ruina y Templo rendimos homenaje a quien es
considerada “la diosa del arte pop” y quien ha ido instalando en la memoria
colectiva una forma original de entender el arte y de vincularse con él, sea a
partir de rostros fragmentados, sea de instalaciones, sea desde sus propias opiniones,
nunca alejadas del entorno social y político en cual se ha venido desplegando
su figura y su obra. A continuación compartimos una semblanza de Marta Minujín,
realizada cuando cumplió 80 años. RyT.
(*)
Vivió en la bohemia parisina, triunfó en Nueva York
e hizó sus performances en las capitales más importantes del mundo. Vive en
Buenos Aires y su grito de "arte, arte, arte" resuena tanto en el
mundo artístico como en los mercados y veredas de cualquier barrio porteño. Su
figura ecléctica se convirtió en un ícono y hoy la celebramos.
Con tan solo diez años de vida Marta Minujín tuvo
la revelación de que era unaartista plástica. Sus mini happenings quitando
las migas de los panes para que sus compañeros de clase se sorprendan durante
las meriendas fue marcando el rumbo de los que vendría después. Pasó por
numerosas escuelas de arte en las que aprendió a pintura, escultura, dibujo y
todo sobre las diversas corrientes artísticas de la historia del arte. A los 15
años mintió su edad en el registro civil y se casó con el hombre que la
acompañó hasta el 2021. Esa unión, además del amor de un compañero, le permitió
su emancipación y comenzó su vida en Francia.
En 1961 ganó la beca del Fondo Nacional de las
Artes y se instaló en París donde experimentó la bohemia pura. Vivió en un
galpón sin baño ni calefacción pero en el que entraban muchas cajas de cartón y
colchones, que se convertirían en su sello artístico. Durante 17 años se presentó
a cuánta beca pudo y las ganó todas: la Di tella Beca, la Guggenheim, la
Rockefeller. Osciló entre París y Nueva York, donde el nuevo realismo, los
artistas trabajando en el espacio y tiempo real, los happenings de
su gran amigo en influencia Alberto Greco, la tenían desvelada. En ese mundo se
dio cuenta que tenía que desaprender lo aprendido y en 1963 realiza La
Destrucción, su primer gran happening, en el que invitó a
artistas a intervenir en sus todas sus obras realizadas hasta el momento y
luego las destruyó a hachazos y fuego. “No estamos para justificar ni
inclinarnos ante nada, pero sí para elegir, enloquecer, arriesgar
ilimitadamente hasta encontrar la propia imagen”, decía la joven y voraz Marta
Minujín.
Desde entonces, un sinfín de colores estridentes,
colchones, gallinas, conejos, luces de neon, teléfonos, instalaciones
eléctricas, imágenes psicodélicas, bastidores transpsicodélicos, performances,
múltiples cabezas, música electrónica, se convirtieron en la galaxia Minujín.
"Hice pintura informalista, después me pasé al
relieve, agarraba toda caja de cartón que había y después pasé a los colchones,
y de la escultura pase a la cosa, que no es ni escultura ni pintura ni nada, es
una cosa. Con lo de los colchones me descubrí a mí misma, lo que hice antes no
era como obra mía. El concepto de cosa, esa cosa que parece una escultura pero
representa una idea, un arte de las ideas...entonces empiezo con La
Menesunda, con los laberintos, las ambientaciones y los happenings y
el arte de participación masiva. En La Menesunda estaba todo,
la cosa, el objeto, el video, la participación. Fue la obra magistral de los
60. Y la gente q no tenía idea de arte se metió dentro y vivió el arte",
contaba Marta intentando resumir su universo de acción.
Sus primeras instalaciones Eróticos en
Technicolor y ¡Revuélquese y viva! (1964), La Menesunda (en
1965, colaboración con Rubén Santantonín); El Batacazo (1965)
incitaban al público a a disolverse en la obra y a cuestionar sus parámetros
sobre lo que podía o no ser arte. Lograr el asombro de las y los espectadores y
su participación en cada suceso artístico fue una constante. Pionera en sus
experimentaciones tecnológicas, videoarte y aporte de varias disciplinas, a
cada nueva instalación o performance le agregaba mayor sofisticación, como lo
demuestra su cabina telefónica Minuphone, que presentó en Nueva
York en 1967. Sin bien las nuevas tecnologías la embelecían, el contacto con la
tierra, los animales y los alimentos comenzaron a estar presentes en cada
acción. A Comunicando con tierra (1976) , en la que extrajó 23
kilos de tierra de Machu Picchu y las mezcló con tierra de todas partes del
mundo, le siguieron Repollos (presentada en San Pablo en
1977), Toronjas (en México1977) y posteriormente 3.000
naranjas, bajo la idea de llevar el campo a los museos y desacralizar esos
espacios de culto.
Durante los años 70 Marta Minujín se lanzó a la
creación de un cuerpo de obras vinculadas a la caída de los mitos universales y
nacionales. Estas ideas las materializó en dibujos sobre papel, esculturas de
yeso y de bronce y proyectos de escala monumental que quedaron anclados en la
memoria colectiva de las y los argentinos. Bajo el lema Arte para
descolocarte, en 1979 montó un obelisco de 30 metros de alto recubierto por
30.000 panes dulces que el público que pasaba por la 9 de Julio podía
llevarse. El Partenón de Libros Prohibidos (1983) fue su
"monumento a la democracia" en que recreó el Partenón griego en la
avenida 9 de Julio entre Santa Fe y Marcelo T. de Alvear, y lo cubrió 20.000
libros que estuvieron prohibidos durante la última dictadura cívico militar. Su
foto-performance El pago de la Deuda Externa, en 1985, junto a Andy
Warhol, ícono del pop art, donde le paga a éste la deuda externa argentina con
choclos al considerar que el maíz es el oro latinoamericano, son algunos de sus
memorables instantes de arte efímero y de participación masiva en los que se se
acercaba a su gran sueño de poder captar las emociones que les produce a las
personas el arte.
Esas obras, con sus variantes, también tuvieron su
eco en diferentes partes del mundo, y si bien su arte forma y formaron parte de
colecciones del mundo como el Museo Guggenheim (Nueva York), Olympic Park
(Seúl), Art Museum of the Americas (Washington DC), Museo Nacional de Bellas
Artes, MALBA (Buenos Aires), Centre Pompidou (Francia), Tate de Liverpool
(Inglaterra), entre tantos otros, para Marta Minujín el arte tiene que salir de
los museos para que las personas puedan vivir un instante y pasar del otro lado
del planeta tierra y estar en el mundo que crean las y los artistas.
El arte en Marta es infinito y continuo. Mantiene su casa de la infancia en la calle Humberto Primo, en CABA, en la que montó su taller en el que transcurre sus días y sus noches trabajando en su archivo como en reconocidos proyectos. En 2018 recreó su Partenón de los libros prohibido en la 14 edición de Documenta, la exposición de arte contemporáneo más grande del mundo que se realiza cada cinco años en la ciudad alemana de Kassel. En 2019 montó la Menesunda Reloaded, en el New Museum, en la ciudad de New York. En 2020, durante el aislamiento producto del COVID-19, produjo su obra plástica Pandemia, producto de un trabajo minucioso en que aplicó 22.600 tiras en pequeños cuadrados pintados en blanco, negro y siete tonos de gris sobre una tela . En 2021, el Big Ben acostado con libros políticos se impuso en Inglaterra y la lista sigue.
"Por qué hago arte efímero? Para que quede
como leyenda. El Partenón de libros prohibos queda en la
leyenda. En el mundo de la información, no necesariamente hay que ir a Grecia
para verlo. El de Buenos Aire existe y más si se consolida la leyenda… Hubo
muchos Gardel, pero ninguno de fuego. Hubo muchos obeliscos… pero de pan dulce
solo uno…”. (**)
Marta Minujín fue una de las primeras artistas argentinas que popularizó el arte contemporáneo, lo llevó a las calles, a las plazas, a las canchas de fútbol para que pudiese ser experimentado y devorado tanto por cualquier transeúnte que pasaba por ahí como por los personajes más sofisticados del mundo artístico. Pasaron 80 años de su nacimiento y Minujín sabe que su obra trascendió y que vive en la memoria colectiva de un pueblo que se lanzó a descubrir arte.
(*) Nota publicada el 30 de enero de 2023.
Disponible en https://www.argentina.gob.ar/noticias/marta-minujin-cumple-80-anos
(**) Testimonio obtenido en el programa Obra en
Deconstrucción, 2010.
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