Habemus Papa(s)

 


Por Nicolás Perrone (*)

            Apostolica Sedes vacans. Sede vacante del obispo de Roma. Entre el 21 de abril, fecha del fallecimiento de Francisco, y el 08 de mayo, cuando León XIV fue electo luego de un rápido cónclave, más de mil millones de católicos a lo largo y ancho del mundo se encontraron sin un pastor universal. Durante estos días no existió ningún sucesor de Pedro que gobiernase la nave de la Iglesia Católica. Para decirlo llanamente, no hubo ningún Papa.

            Sin embargo, esa afirmación no es del todo verdadera. Actualmente hay (al menos) tres personas descartando al nuevo León XIV que compiten por ostentar el título de Sumo Pontífice: Joseph Odermatt en España, Rogelio del Rosario Martínez en Filipinas y Michel Lavallée en Canadá. La última vez que tantos clérigos se disputaron el liderazgo del catolicismo fue a comienzos del siglo XV durante el Cisma de Occidente (1378-1417), cuando los Papas de Roma y de Avignon se desconocían y excomulgaban mutuamente, dividiendo a la Cristiandad europea y erosionando lentamente el poder político, pero sobretodo simbólico del Papado. Afortunadamente para los católicos, los (¿anti?) Papas del siglo XXI dirigen pequeños grupos que no amenazan de manera directa las pretensiones universales de Roma.

Joseph Odermantt actualmente reina en Palmar de Troya, un pequeño municipio sevillano, bajo el desafiante nombre de Pedro III y es líder actual de la Iglesia Una, Santa, Católica, Apostólica y Palmariana, fundada en 1978 por Clemente Domínguez y Gómez o, Gregorio XVII como es conocido dentro de esa iglesia. desde 2016. Rogelio del Rosario Martínez tomó en 2022 el nombre de Miguel II luego de la muerte de su antecesor Miguel I o David Bowen. Ambos dirigieron una página web titulada Vaticaninexile.com. Finalmente, Michel Lavallée gobierna desde el 2011 a la Iglesia renovada de Cristo bajo el nombre de Gregorio XVIII, nombre papal que nada tiene que ver con el papa palmariano, por confuso que pueda ser.

A pesar de ser rivales entre sí, todas estas iglesias católicas coinciden en considerar a todo el proceso de renovación eclesiástica abierto tras la muerte de Pío XII como en contra de la Fe Católica. El Concilio Vaticano II y todos los papas (romanos) electos desde Juan XXIII en adelante fueron heréticos e inválidos y cada una de estos papas se considera como legítimo sucesor del último del último papa ortodoxo. A diferencia de otros movimientos sedevancantistas es decir aquellos que también rechazan la validez de los papados posteriores al CVII, como, por ejemplo, la Fraternidad Sacerdotal San Pío X, estos grupos religiosos dieron un paso más y eligieron en cónclaves de tamaños y conformaciones quizás canónicamente cuestionables por ejemplo, en el cónclave llevado a cabo en Kansas que nombró a Miguel I, participaron los padres de David Bowen a distintos sucesores de Pedro. Por otra parte, algunos de estos grupos que se autoconsideran tradicionalistas y defensores de la verdadera Fe y, sobretodo, de la Misa tridentina, tuvieron algunos desarrollos doctrinales y litúrgicos peculiares: la Iglesia Palmariana, por ejemplo, ha desarrollado una Misa de cinco minutos, una hipermariolatría que otorga a la virgen María posiciones de mediación divina superiores a las admitidas por la Iglesia Católica y ha canonizado a figuras “polémicas” como a Cristóbal Colón o Francisco Franco.

Mientras el mundo católico esperaba la designación del reemplazante de Francisco, podemos al menos señalar, que para bien o para mal depende, claro, de las elecciones religiosas de cada uno, Papas al menos no nos faltaban.

 

(*) Doctor en Historia.

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