Felices los perseguidos por causa de los Derechos Humanos
Por Aníbal Germán Torres (*) “Hay que seguir andando nomás / hay que seguir andando…” La primera vez que escuché esa frase hecha canción fue en un bautismo en la parroquia María Niña, de la ciudad de San Lorenzo, en pleno corazón de lo que queda del “cordón industrial”, en la provincia de Santa Fe. Esos versos, como muchos saben, pertenecen al Obispo Enrique Angelelli, considerado con toda justicia como uno de los Padres de la Iglesia Latinoamericana. No hace mucho descubrí al autor de la canción, un verdadero "juglar de Dios" en este tiempo, el P. Carlos Saracini, de la congregación pasionista. Por muchos años él estuvo a cargo de la parroquia de la Santa Cruz, en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Tal vez el poeta nunca imaginó que su canción se escuchara en algunas comunidades eclesiales (no en todas, claro está). Una de ellas es precisamente María Niña, que tiene como párroco al P. Juan Carlos Aguiar, más conocido, cariñosa y popularmente, como “Tato”. Hoy, 10 de ...