La renuncia de Benedicto XVI: "sin conciencia no habría Papado"

Por Aníbal Torres (*) “Yo, Celestino, quinto de nombre, movido por causas legítimas, que son la humildad, el deseo de una vida más perfecta y el de no lastimar mi conciencia, la debilidad de mi cuerpo, mi falta de conocimientos, la malignidad de los pueblos; y con el propósito de encontrar la soledad y la consolidación de mi vida pasada, abandono voluntaria y libremente el pontificado y renuncio expresamente a este cargo, a esta dignidad, a este pesado honor, dando a partir de este momento al Sacro Colegio de los cardenales la plena y libre facultad de elegir canónicamente a un pastor para la Iglesia universal (…) Cuando Celestino con su mano llama la atención y comienza su discurso, en el grupo de los informados hay asombro, se fruncen cejas. Lo que se prepara no estaba previsto: –Hermanos, dice Celestino, hace un momento he escuchado aquí, en este lugar santo donde nos hemos reunido en presencia de Dios, la palabra complot. Palabra desgraciada. Palabra lamentable. Palabra...